miércoles, 14 de marzo de 2012

PLANIFICACIÓN DE UNA RUTA DE SENDERISMO


1.- Aspectos que hay que tener en cuenta para planificar una ruta con alumnos.
A) Aspectos previos
- Es recomendable plantear las salidas a partir del mes de marzo (tenerlo en cuenta para incluirla en la programación), cuando el grupo está más compenetrado, el día es más largo y el clima más benévolo.
- Informaremos en el aula de la ruta y del material necesario, preferentemente por escrito (podemos adjuntar la información a la autorización que deben firmar los padres)
- Dejaremos claro las pautas de comportamiento en la naturaleza.
- Acompañará al grupo un mínimo de tres profesores.
B) Elección de la ruta
- Cuando carezcamos de experiencia, realizaremos la marcha sobre senderos balizados.
- Recopilaremos información cartográfica, bibliográfica, metereológica, cultural…
- Huiremos siempre que sea posible de los caminos asfaltados.
- Plantearemos el itinerario empezando en llano, para seguir en ascenso y terminar en descenso. El almuerzo-comida o la parada principal la haremos cuando hayamos recorrido al menos 2/3 de la dureza del itinerario, en un lugar protegido de las inclemencias metereológicas.
- Marcaremos en el mapa el recorrido a seguir. Buscaremos lugares característicos fáciles de identificar en nuestro recorrido, que nos ayuden a orientarnos. Aprovecharemos estos puntos para avituallamiento, descanso, información cultural…
- Tendremos en cuenta itinerarios alternativos por si hay que dividir el grupo, retirarse o evacuar a un lesionado.
- Trazaremos el perfil (ver 4) y calcularemos distancias, horario total y temporalizaciones parciales (ver 3)
- Comprobaremos nosotros mismos la ruta sobre el terreno real.
C) El día de la ruta
- Suspenderemos la salida ante una mala previsión metereológica, así como por mal estado del firme por causa de ella.
- Revisaremos el material obligatorio de los alumnos antes de subir al autobús. Nos aseguraremos de que el peso sea adecuado.
- El grupo se llevará siempre a la vista, procurando ir lo más agrupados posible. Un profesor abrirá la marcha y otro la cerrará.
- Prestaremos especial atención cuando circulemos por lugares de tránsito rodado. Andaremos por la izquierda, avisando con anticipación de la llegada de un vehículo.
- Evitaremos los atajos y el campo a través, por su peligrosidad y por el deterioro del terreno.
- Las subidas largas se harán pausadamente, aprovechando las paradas de reagrupamiento para explicar contenidos.
 - Las paradas no deberán ser muy largas para evitar enfriamientos.

2.- Cálculo de distancias.
- Distancia real: se mide sobre el terreno con una rueda.
- Distancia reducida: se mide sobre el plano con un curvímetro.
- Distancia geométrica: es la hipotenusa que forma triángulo con el desnivel y la distancia reducida.

3.- Cálculo de horarios.
            Hemos de tener en cuenta que los horarios que aparecen en las topoguías toman como referencia senderistas medios-altos y prevén grupos homogéneos reducidos. Puede existir entre ellas disparidad a la hora de temporalizar las rutas. Lo mismo sucede con los paneles indicadores. Es importante, además, recordar que los horarios indicados en guías, folletos y paneles no recogen los tiempos de descanso, de visitas a lugares de interés en el recorrido,  tiempos de seguridad, etc.
            El tiempo total de nuestra salida será la suma de los siguientes parciales:
A) Tiempo de desplazamiento en ruta (referencias aproximadas)
- Un grupo de alumnos de E.S.O. recorre 300 m de desnivel a la hora y 3,5 km de distancia reducida.
- Un grupo de alumnos de Primaria recorre 200 m desnivel a la hora y 3 km de distancia reducida por hora.        
- Una persona sola o grupos pequeños con buena condición física recorren 400 m de desnivel a la hora y 5 km de distancia reducida por hora.
- Un grupo normal (condición física y técnica media y menos de 10 personas) recorre 300 m de desnivel a la hora y 4 km de distancia reducida por hora.
            Otra forma más rápida de estimar el tiempo:
            Se cuentan 60 min por cada 4 km de distancia reducida medida en el plano y añadir 1 min por cada 10 m de desnivel positivo.
            Si el desnivel es negativo pero suave se descuentan 10 min por cada 300 m de altitud que descienda.
            Si el desnivel es negativo pero muy abrupto se añaden 10 min por cada 300 m de altitud que baje.
B) Tiempo de descansos programados.
C) Tiempo de paradas de interés.
D) Tiempo de paradas no previstas y de seguridad: sumaremos al tiempo total un 10% por imprevistos y otro 10% como margen de seguridad.
E) Tiempo de desplazamiento de ida y vuelta al centro escolar.

4.- Trazado de perfiles (sin GPS)
1.-  Marcar sobre el mapa el recorrido a seguir, con los puntos de referencia que nos permitan orientarnos y aquellos en los que realizaremos las paradas.
2.- Hacer una tabla con dos columnas: una para las distancias horizontales y otra para las altitudes.
3.- Con la ayuda de la escala gráfica y/o el curvímetro, medimos las distancias entre puntos determinados (incluiremos los puntos de paradas y los de cambio de rasante: collados, cumbres…) y los trasladamos a la tabla.
4.- Establecemos la altitud de cada uno de los puntos determinados y los trasladamos a la tabla.
5.- Dibujamos en un papel milimetrado dos ejes de coordenadas: en el horizontal situamos las distancias y en el vertical, las altitudes.
6.- Determinamos los puntos de intersección de coordenadas verticales y horizontales, utilizando los datos transcritos en la tabla de doble entrada.
7.- Obtendremos el perfil uniendo los puntos de intersección de las coordenadas.


MANEJO DE LA BRÚJULA (Práctica)

Trazar un rumbo: Colocar el rumbo (grados) en la flecha de dirección (central): moverse hasta que las dos líneas rojas coincidan: la flecha de dirección indica el rumbo que buscamos.

Saber los grados a los que está un punto: Apuntar el elemento con la flecha de dirección: girar el limbo hasta que las flechas rojas coincidan: el rumbo lo indican los grados que marca la flecha de dirección.

Dirección de la marcha sobre un mapa:
1.- Unimos con el canto de la brújula el punto donde estamos con el que queremos ir (con la flecha de dirección orientada en el sentido de la marcha)
2.- Giramos el limbo hasta que las líneas de dirección N-S de la brújula estén paralelas a las líneas N-S del mapa: Si ahora giramos mapa y brújula hasta que la aguja magnética coincida con el N del mapa, tendremos el mapa correctamente orientado. Con esta operación hemos fijado los grados a los que se encuentra el punto al que vamos respecto del que estamos.
3.- Giramos sobre nosotros mismos hasta que la aguja imantada coincida con las líneas N-S del limbo y con el N del mapa. La flecha de dirección nos indica la dirección de la marcha.

Triangulación (necesitamos reconocer visualmente dos puntos elevados)
1.- Marcar el rumbo de un punto conocido (referencia), es decir, apuntar con la flecha de dirección y girar sobre el limbo hasta que las dos flechas rojas coincidan y anotar los grados que indica la flecha de dirección.
2.- Si el rumbo obtenido es mayor de 180º, restarle 180. Si el rumbo obtenido es menor de 180º, sumarle 180.
3.- Colocar la brújula sobre el punto de referencia y marcar un ángulo de grados iguales al resultado de la operación anterior.
4.- Trazar la línea entre el punto y el ángulo.
5.- Repetir la operación con un segundo punto de referencia.
6.- Nos encontramos en el punto donde se cruzan las dos líneas.

EQUIPO Y MATERIAL

- Vestuario -

1- La teoría de las 3 capas:
            Primera capa: Está en contacto con la piel. Su función es mantener el calor corporal alejando de la piel la humedad generada por la transpiración. Las composiciones más frecuentes son el polipropileno y otros derivados sintéticos. Debe adquirirse justa y lo suficientemente larga para que cubra los riñones; agradable al tacto y fácil de lavar.
            Segunda capa: Es la encargada de mantener el calor corporal entre las diferentes capas de aire que se forman. El forro polar es la más recomendable. Los plumíferos son los mejores aislantes térmicos; pero resultan muy voluminosos y difíciles de lavar. La amplia oferta en este tipo de prendas mejora día a día, y es posible encontrar prendas que hibridan la 2ª y 3ª capas (windblock…) Deben permitir la comodidad de movimientos. Valoraremos que tengan bolsillos y cierres accesibles; refuerzos en codos, hombros, rodillas y culera; cremallera delantera; cuello que proteja sin molestar. Es mejor combinar 2 ó 3 prendas finas que una gorda. Se lavan en agua fría con detergentes para prendas delicadas; no hay que guardarlas sujetas a compresión.
            Tercera capa: Es la que nos protegerá del viento, la humedad, la lluvia y la nieve. Buscaremos membranas (2 ó 3 capas) que sean a la vez impermeables y transpirables. Son más versátiles las que no llevan relleno. Debemos ser lo suficientemente holgadas como para vestir otras prendas debajo. Optaremos por chaquetas que tengan capucha, a ser posible con visera; bolsillos amplios de fácil acceso; puños amplios con ceñidor de velero; ceñidores de cintura y bajos con cordones elásticos; cremalleras axilares. En cuanto al pantalón, conviene que disponga de cremalleras laterales; presente refuerzos en rodillas y culera; disponga de polaina integrada, etc. Se lavan en agua fría utilizando jabones especiales; se guardan secas y estiradas.

2 - Especial protección de la cabeza, los pies y las manos
            ¡Se puede perder un 40% del calor total de nuestro cuerpo a través de la cabeza!
            Es importante llevar gafas de sol, y protegerse la piel y los labios.
            Las manos pueden abrigarse siguiendo la teoría de las tres capas, con guantes o manoplas, que deben cubrir bien las muñecas y estar provistos de alguna cinta que los mantenga unidos a ella.
            Los calcetines deben ajustarse al pie sin comprimirlo. Combinarán la transpirabilidad con la necesidad de abrigo de cada persona.
           
3 - Las botas.
            Valoraremos la comodidad, transpirabilidad, flexibilidad y adherencia. Hay una amplia gama de botas, entre las que elegiremos la que más se adapte a nuestras necesidades (tipo de pie, protección del tobillo; terreno y actividad en que las vamos a usar) A la hora de comprarla, nos la probaremos con un calcetín del grosor similar al que vayamos a utilizar habitualmente; comprobaremos que cabe un dedo entre nuestro talón y la parte posterior de la bota.
     
- El equipo-
     
1.- La mochila.
            Existen diferentes tipos y capacidades (esta se mide por litros) Para una excursión de un día se utilizan las mochilas llamada “de ataque” (hasta 40 litros) Las prestaciones que le exijamos a la mochila las decidiremos según la actividad que vayamos a realizar; es importante fijarse en que los ajustes nos ciñan bien a la espalda, así como en que tenga cinturón lumbar y pectoral.
            Cómo regular la mochila:
            1.- Una vez que tenemos cargada la mochila a la espalda, la cruz formada por el inicio de las hombreras debe estar a la altura de los omoplatos.
            2.- Ajustar el cinturón haciéndole corresponder la parte superior de la pelvis, tensándolo hasta que notemos contacto a lo largo de todo el contorno de la cintura.
            3.- Tensar las hombreras hasta notar que existe contacto en toda la zona del pecho, hombros y, preferiblemente, el inicio de la espalda.
            4.- Tensar los ajustes laterales del cinturón hasta que no exista balanceo de la carga.
            5.- Regular las correas cenitales teniendo la precaución de que no nos molesten en el giro de cabeza. En ascenso aflojar los tensores superiores y apretarlos en descenso para asegurar la inmovilización de la carga. Resulta muy útil la cinta del pecho.
           
2.- Cómo llenar la mochila es algo muy personal; asimismo existen diferentes recomendaciones sobre cómo distribuir la carga, dependiendo del peso corporal. Para una salida de un día de duración, el equipo mínimo podría ser el siguiente (concretándolo según la duración de la ruta y la época del año):
      - Reloj.
      - Frontal.
      - Cantimplora.
      - Comida.
      - Protector solar.
      - Gafas de sol.
      - Mapa, brújula y/o GPS.
      - Navaja.
      - Manta térmica, vela y encendedor.
      - Silbato.
      - Teléfono móvil.
      - Chaqueta y pantalón impermeables.
      - Gorro / gorra / sombrero.
      - Guantes.
      - (Calcetines y camiseta de recambio)
      -  (Bastones)

3.- Otros materiales: material específico para una travesía, nieve, roca, etc.

CLASIFICACIÓN DE LOS SENDEROS

Definición de Senderismo (FEDME)

            “Actividad deportiva no competitiva, que se realiza sobre caminos balizados, preferentemente tradicionales, ubicados en el medio natural... Busca acercar a las personas al medio natural y al conocimiento del país a través de los elementos patrimoniales y etnográficos que caracterizan las sociedades preindustriales, recuperando el sistema de vías de comunicación”

Clasificación de los senderos

Senderos de Gran Recorrido (G.R.) Mínimo 50 km. Marcas rojas y blancas. La unión de una serie de GR que atraviesen por un mínimo de tres países se constituye en Sendero Continental; se denominan con la letra “E” y el número lo otorga la E.R.A.
Senderos de Pequeño Recorrido (P.R) Máximo 50 km. Marcas blancas y amarillas. Se les pone al final una letra según la comunidad autónoma (P.R.V.)
Senderos Locales (S.L.) No superan los 10 km. Marcas verdes y blancas.
Senderos Urbanos (S.U.) Discurren por zonas urbanas.

Interpretación de las marcas

Dos líneas horizontales paralelas: continuar por el camino que señalan.
Dos líneas paralelas en ángulo: torcer en el camino o senda inmediato hacia donde indican.
Dos líneas cruzadas en aspa: camino o senda equivocado.
     
Otros tipos de marcas y referencias en la montaña: hitos, puntos, flechas… Significado de las generalmente reconocidas (Caminos de Santiago, hitos en zonas de alta montaña…) y precaución ante el resto. Es aconsejable no dejar marcas indelebles en la montaña. Para marchar una ruta de un día podemos utilizar cintas que luego quita el último del grupo.